viernes, 1 de abril de 2016

Nada.

Dejo algo de orgullo en mis ojos.

Escupo blasfemias a quienes me arrastran a la culpa.

Pienso en múltiples escenarios mediocres sobre dejar de existir.

Respiro e inhalo, y me gustaría dejar de hacerlo.
Espero delante de mi espejo, me repito los escándalos en mi cabeza y me alarmo por la fuerza en la que me lastimo.

Sollozar en mi interior y gritar por los ojos.

Increible que nadie se da cuenta  del ruido que causo al rasgar la ansiedad.

Ostigarme como lo hacen mis pensamientos, quiero llegar al último empujón de no ser...

Nada.

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